LOS HUANCOS DE SUMBILCA
:UNA DANZA GUERRERA
Ruyer
O. Espinoza Yupanqui
Representación figurada de un antiguo poblador sumbilcano por los años 1570 |
En el
pueblo de Sumbilca, provincia de Huaral, desde el día primero hasta el 04 de
febrero, coincidiendo con la antigua festividad incana del “hatun pacoy quilla” se celebra la festividad
religiosa de la “Virgen de la Candelaria”, patrona del lugar, cuya
organización corre a cargo de los comuneros responsables nombrados por acuerdo
comunal.
Esta festividad patronal, denominada por los sumbilcanos como “Canticha”, se caracteriza por un ambiente de mágico religiosidad y un marcado costumbrismo cuando presenta una de las danzas más hermosas y deslumbrantes que tiene el Perú como los “Huancos de Sumbilca”; indudablemente es una de las expresiones culturales más auténticas de toda la región y mucho más allá, donde destaca su bella melodía producto de sentidas armonías, como también su exquisita coreografía y la sinigual belleza de su vestuario mestizo. Esta manifestación cultural nace originariamente en el pueblo precolombino de Huancavirga, y refleja las actividades cotidianas de los pobladores de esta comarca; revela además sus relaciones sociales, sus sentimientos profundos, y su espiritualidad andina. No cabe duda que, esta danza conserva originalidad y pureza a través de su música pentatónica, en los sones y acordes de un tambor andino conocido como huáncar, tinya o simplemente “caja”, además de la flauta, denominado también pincullo o quena incaica.
Lo que
distingue a los “Huancos de Sumbilca”, de otras danzas
similares como los Huancos de San Agustín de Páriac, los Huancos de San Pedro
de Pirca, los Huancos de Pacaraos, los Huancos de San Juan de Coto, los Huancos
de Obrajillo, los Huancos de Cajatambo, o los Huancos de Marca Recuay, es la
energía telúrica que trasmite en la relación sagrada entre el hombre
y la naturaleza, en la representación de la cosmovisión sumbilcana, porque esta
expresión cultural significa también el ancestral enfrentamiento de las
parcialidades de los “Ichocas” y los “Ishcayantas”, es por ello
que los danzantes hacen gala de una exhibición de fuerza, valentía, gracia,
resistencia y destreza. El maestro German Caro Ríos, al referirse a los Huancos
de San Agustín de Pariac, decía, “es una danza guerrera que representa a los
pumas, un símbolo totémico”.
Es muy
cierto que, la danza tradicional de los Huancos de Sumbilca, es una danza profundamente
guerrera y autóctona, pues a pesar de haber incorporado en el tiempo algunos
elementos hispanos a su vestuario primigenio, mantiene características y cualidades
prehispánicas originarias, no solo en su música y en su baile, sino también en
su representación escénica y el simbolismo que irradia, recreando
ancestrales y épicas batallas con paso marcial y diestros movimientos emulando
a los antiguos guerreros incásicos. En Sumbilca, hasta los primeros años del
siglo XX durante la celebración de la fiesta de La Candelaria, se acostumbraba
realizar un enfrentamiento casi real entre las parcialidades de los Ichocas y
los Ishcayantas, donde los danzantes de ambos bandos al encontrarse en las
calles del pueblo se agarraban a garrotazos con unos palos de “lloque” en cuyo
extremo tenía la forma acombada, llamada “canana”, con el cual no paraban de atacarse
a golpes unos a otros. Esta costumbre del enfrentamiento fue prohibida por las
autoridades porque producían graves y severas heridas a los órganos vitales de
los bailarines causando en algunos casos hasta la muerte.
“Don Juan SUAREZ VALDES, caballero profeso de la
orden de Calatrava, teniente coronel de los reales ejércitos, Capitán del
Regimiento Real de Lima, comandante militar, y juez súbdito de este partido. Por
cuanto ha llegado a mi noticia, los desórdenes cometidos en las danzas del
pueblo de Huaral, con las de esta Villa, concluida la octava de corpus, que se
conduce San Juan, para otro pueblo, y que estas en dicho día, unas con otras,
se tiran de garrotazos y piedras, de que puede resultar alguna muerte o
heridas: Ordeno y mando, que se abstengan de este exceso; porque siempre y
cuando así lo verifique, se les castigará, bajo pena de la multa, de cuatro
platas cuatro reales, y ocho días de
cárcel, al que contraviniere a esta orden. Del mismo modo, y bajo de las mismas
penas, mando que ninguno entre a caballo en la Plaza, ni por las esquinas de ella,
en la octava de corpus; en atención a la poca veneración y respeto que estos
tienen al santísimo sacramento y para que ninguno alegue ignorancia se fijara
en el lugar acostumbrado. Chancay, junio 20 de 1797. Juan VALDEZ. Por mandato
del ilustrísimo Sub Delegado. Antonio Fernández del Pozo”.
Es muy
cierto, que los Huancos de Sumbilca, se traduce como una danza tradicionalmente
belicista porque evoca el carácter valiente y rebelde del antiguo sumbilcano
que ha tenido que afrontar durante su historia diversos conflictos armados,
desde los ataques de los pequeños reinos y cacicazgos vecinos, después la
conquista de los incas a cargo de Túpac Yupanqui, y el peor de todos, la
invasión de los españoles que trajo la desculturización a través de la guerra
religiosa de los curas extirpadores de idolatrías, que en realidad fue una
represión institucionalizada; posteriormente durante la defensa de su
territorio local con el líder Mateo Yupanqui; así también los saqueos y pillajes
de todos los ejércitos, amigos y enemigos, que pasaron por Sumbilca, con el
pretexto de la guerra.
DE "LOS HUANCOS" DE SUMBILCA
Versión ficticia de un antiguo guerrero sumbilcano por los años 1570 |
El origen de esta danza se remonta a la época
prehispánica, como resultados de las fiestas tribales –como todas ellas-
destinadas a rendir culto a los dioses indios. Los pueblos ganaderos de origen
aymara (pre-agricultores- serranos), ofrecían fiestas a los dioses de la
ganadería y de la caza. Inicialmente estas fiestas se realizaban juntas en una
misma fecha; después durante la colonia estas fiestas totémicas se van a
realizar por separado con el nombre de “rodeo” y “huanco”,
también se le conocía como “chaco” (Pedro E. Villar Córdova).
En el
siglo XVII, al realizarse la fiesta de la caza los hombres
encendían antorchas y vestían al modo yunga (llanos o
valles de la costa) e iban a las alturas a cazar “huancos”(1) o huanacos para
ofrecerlos en sacrificio. El día del festejo se reunían en el inakcha (adoratorio
al dios de la caza) y colocaban a buena distancia cuatro grandes astas o postes
de palos, en cuyos extremos colgaban plumas de colores, los indios como en las
competencias griegas, corrían y el primero que llegaba a cualquiera de los
palos, se le daba un premio, luego al vencedor se llevaba delante del ídolo y
se le daba a beber abundante chicha, este ritual hacía entender que era un
valiente, puesto que había bebido con el ídolo, y era alabado y admirado por
todos en el pueblo (Francisco de Ávila-traducción de Arguedas 1966; Jacinto Barrasa 1674).
“También hazian otra fiesta a
otro adoratorio llamado Ynaccha en que al modo del sábado Santo encendían
lumbre nueva y vestidos al modo yunga iban a la puna a caçar guanacos para
ofrezer sacrificio y el día de la fiesta corrían como antiguamente, el pabo
poniendo en quatro hastas, a buenos trechos, unas plumas de colores y el
primero que llegaba a qualquiera dellas se la davan por premio, y luego con
alavanças de vencedor le traían delante del ídolo y le davan a bever en las
tazas o mates dedicados a él (llamanse aquillas) dándoles a entender que de
allí adelante an de ser más valientes, pues an participado de la bebida del
ídolo y todo el tiempo que dura esta fiesta a de estar el fuego nuevo encendido
cebándole siempre sin consentir que se
apague. Usavan también otra invención y era traer unas máscaras o
caratulillas cortadas del rostro de un hombre con el mesmo hueso y piel como
estava antes, para lo qual devían de tener algún género de sierra o instrumento
muy agudo y procuravan que fuese esta máscara de algún indio principal señalado
y al tiempo que avian de coger el maíz se la ponía uno sobre su cara y con solo
esto cobrava tanta autoridad que le traían en andas como en procesión y le
hazian ofrendas como a cosa divina”.
(2)
A través
del tiempo este antiguo ritual ceremonial dedicado al dios tutelar de la cacería pasó
a ser una mera costumbre que distraía al pueblo durante las fiestas religiosas
instituidas por los curas españoles, por lo que, se le tomó incorporando
algunas modificaciones occidentales, lo que evidencia una interculturalidad que
fusiona lo autóctono y lo hispano, especialmente en el desarrollo del baile
desde el pasacalle, la pasión, la mudanza, “el paripar”,
la tarea o “chuteygallo”,
también en el disfraz de los Huancos.
(1) “Huancos”, en el dialecto hake aru, significa “el que tiene los
miembros cortos”, y entre todos los auquénidos es el huanaco,
quien tiene los miembros cortos; el agregado de la segunda letra “a”, se
debe a una corrupción fonética nativo hispana.
(2) [Traducción
original de José María Arguedas de las visitas de idolatría del Presbítero
Francisco de Ávila, cura de la doctrina de San Damián de Huarochirí; a esta
información etnográfica se suman las crónicas del padre jesuita Jacinto Barrasa, quien aporta
valiosos datos de la primera campaña de las idolatrías].
DEFINICION, CARACTERISTICAS Y
DIMENSIONES DE LA DANZA
Danzante Huanco de Sumbilca |
La danza de los Huancos de Sumbilca, desde su
nacimiento –por decirlo así- ha trascendido en el tiempo, y para sobrevivir ha
tenido que reinventarse, adaptando y cambiando su forma, pero sin perder su
esencia original como expresión cultural. El “San Marcelo” es el santo patrono católico
de los Huancos, que como un juez inflexible vigila para que la costumbre se
realice escrupulosamente con gran orden, con disciplina y respeto. Ahora
que mencionamos a San Marcelo, la gran pregunta sería porque este santo está
relacionado con la danza de los Huancos. Se asegura que los curas
evangelizadores (Jesuitas) durante los años de la conquista fueron los que implantaron
a los diversos santos como patronos en los pueblos del Perú. Al parecer los
curas encargados de la sub-doctrina de Sumbilca, con mucho acierto, escogieron
bien a San Marcelo como patrón de los Huancos. Lo cierto es que este santo fue
uno de los más valientes sacerdotes de Roma en la terrible persecución de
Diocleciano en los años 303 al 305. Animaba a todos a permanecer fieles al cristianismo,
aunque los martirizaran; en el año del 308 DC. fue elegido como Papa;
posteriormente canonizado y llamado "Guerrero”, murió el 16 de enero,
fecha cercana a la fiesta de La Candelaria.
En efecto, en Sumbilca, el día 04 de febrero, como parte de las
celebraciones de “La Candelaria” se realiza la tradicional “sacada de gallos” a
cargo de los mismos danzantes pertenecientes a las dos parcialidades, y bajo
estrictas reglas que se conservan desde tiempos inmemoriales. La
sacada de gallos, es el momento más alto en las celebraciones. Los comuneros
responsables se encargan de plantar en la plaza del pueblo dos palos gruesos de
grandes dimensiones en cuyos extremos ponen argollas por donde pasan lazos o
sogas, y en el centro de la cuerda se amarra muy bien a un gallo ya muerto, que
finalmente después de una reñida competencia atlética entre los danzantes será
el premio del huanco ganador que logro sacar al emplumado después de cumplir
las condiciones establecidas. Pero ninguna descripción que se pueda hacer de
esta hermosa costumbre, única en todo el Perú, no podrá ser mejor que
presenciarla, y vivirla de manera personal.
La danza de los Huancos,
durante el decurso del tiempo se ha convertido en un medio de comunicación no
verbal, mostrando un lenguaje corporal que revela la esencia y la expresión de
una comunidad mestiza como Sumbilca. Los Huancos, como la danza guerrera,
mantiene una fortaleza física muy dinámica a fin de realizar los diversos
movimientos del baile. Además de la expresión corporal y del dominio de
autocontrol para poder orientar la energía cinética al desarrollo de la danza, posee
una buena coordinación corporal y el equilibrio necesario para poder vencer los
efectos de la gravedad y mantener el cuerpo en la postura deseada en armonía
del espacio durante la sacada del gallo.
SERIE RAICES DE MI PUEBLO PERÚ
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